Palmicultores de Shambillo enfrentan competencia que consideran desleal

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Responsabilizan a empresa del grupo Palmas

Palmicultores: Sólo era cuestión de tiempo. Desde la expansión a Ucayali del Grupo Palmas (que tiene operaciones en Yurimaguas y Tocache) no tardaría en iniciar una competencia destinada a convertir a su empresa en la principal productora de aceite crudo de palma, en detrimento de las otras empresas.

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El Grupo Palmas instaló Industrias del Tulumayo SA en el kilómetro 46 de la carretera Federico Basadre, distrito de Campo Verde y desde allí comenzó una labor intensa para asegurarse proveedores de frutos de palma aceitera y, para hacerlo, decidió pagar precios más elevados que lo que pagan las otras empresas.

Quebrar a Olpaza

Si bien estos precios diferentes no son nuevos, porque desde que comenzó sus operaciones en Ucayali, el Grupo Palmas comenzó a competir con OLAMSA, sin lograr deteriorarla, ahora, sin embargo ha comenzado a afectar con más fuerza a los productores de Padre Abad, asentados en el valle de Shambillo que ven peligrar el funcionamiento de su empresa productora de aceite conocida como Oleaginosas Padre Abad S.A.

(OLPASA), una empresa que construyeron con grandes esfuerzos y que se iba consolidando como un gran soporte para las familias de palmicultores que creyeron en los cultivos alternativos y abandonaron los cocales para sembrar palma.

Todo ese esfuerzo podría quedar en nada.

Los palmicultores, agrupados en la Asociación de Palmicultores de Shambillo (ASPASH), que dio vida a OLPASA, han reaccionado tras varias semanas en que el Grupo Palmas ingresó ofertando 14 dólares más por tonelada de fruto fresco, sobre el precio pagado por OLPASA.

Lo que llama la atención de este alto precio es que los del Grupo Palma tienen que transportar el producto por más de 100 kilómetros, lo que, evidentemente encarecería el producto final por el costo del flete. La guerra comercial está declarada.

Los palmicultores de Shambillo están seguros que el grupo Palmas no solo estaría buscando materia prima para su planta procesadora (ubicada en el distrito de Campoverde, Pucallpa), sino que su objetivo sería debilitar a Olpasa, con el fin de hacerla quebrar y quedarse como único comprador.

Así lo ha referido el ex dirigente cocalero y ex directivo de Olpasa, palmicultor Juvenal Cabrera Salazar, del caserío Río Blanco. Refirió que el cultivo de la palma aceitera les ha cambiado la vida e incluso ha llevado a la creación del distrito Boquerón. Su modelo asociativo para producir palma y construir industria, les ha dado satisfacciones, por eso van a defender lo que han construido.

Palmicultores

Palmicultores de Shambillo

Refiriéndose al problema que les preocupa, dijo: “El objetivo del grupo Palmas sería desunir a la organización, hacer fracasar a la empresa Olpasa. Quieren hacer como lo hicieron en Uchiza, donde les compraron sus plantaciones y los desaparecieron, lo cual nosotros no lo vamos a permitir, pues sería volver a ser peones de ese grupo”.

Hizo un llamado a los agricultores para que no lo hagan por el dinero que les vienen a ofrecer un poco más, sino por el futuro de sus hijos y de su propia vejez.

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La posición de Cabrera Salazar la comparten otros productores que, pese a las ofertas del Grupo Palmas, se niegan a venderle sus productos y permanecen fieles a ASPASH y OLPASA. Para Cabrera, hay que defender las empresas generadas por los palmicultores “y que una empresa privada no puede venir de la noche a la mañana a desestabilizar”.

En ese sentido, Antonio Flores Infantes, actual regidor de la municipalidad distrital de Boquerón, productor del comité del caserío Paujil, afirmó que la palma aceitera les permite vivir honestamente. “Antes cuando éramos cocaleros, teníamos que escondernos cuando llegaba la policía, hoy no, hoy estamos bien”.

Enfrentan competencia que consideran desleal

Agregó que el grupo Palmas lo que busca es desestabilizar a Olpasa, una empresa que tiene como socios a pequeños productores de palma aceitera, agricultores que antes se dedicaban al cultivo de coca y que se esforzaron en desarrollar este cultivo alternativo. “Tenemos hermanos palmicultores que son accionistas y no pueden estar contra OLPASA. Cerremos filas”, dijo.

Antonio Flores no se hace muchas ilusiones con el Grupo Palmas. Dijo. “Ya sabemos cómo trabajan estas empresas (grupo Palmas). Buscan la desestabilización, como dice el dicho, divide y reinarás. Acá lo que se quiere es dividir, fraccionar, partir y que OLPASA y los agricultores se abran y, a río revuelto ganancia de pescadores”.

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Hizo un llamado a reflexionar y a fortalecer a ASPASH y a OLPASA. También pidió a los directivos de OLPASA que adopten acciones para seguir mejorando la economía de los palmicultores.

Otro palmicultor, Dionicio Santacruz Adriano, agricultor del comité del caserío Mediación, al mismo tiempo transportista, afirma que trabajar como agricultores de la palma “no nos deja hambrear, la palma es rentable. Soy accionista y no voy a traicionar”, dijo.

Agregó que, si bien el Grupo Palmas ofrece un poco más por cada tonelada, pero una vez que hagan fracasar a Olpasa van pagar cualquier precio, como ocurrió con el cultivo de la piña, ya tenemos experiencia, indicó.

ASPASH fue creada en septiembre de 1999, como parte del Plan de Desarrollo Alternativo, a fin de evitar que los agricultores sigan cultivando coca. Tras generar su primera producción, la Asociación, siempre con el apoyo de organismos internacionales, generó también una planta industrial para producir aceite crudo de palma.

Aceite crudo que, entre otros, era vendido a ALICORP, empresa del Grupo Romero, para que, hoy pasado el tiempo, enfrente la competencia de otra empresa del Grupo Romero, es decir el Grupo Palmas que ha instalado su Industrias del Tulumayo S.A. en Ucayali, sin tener plantaciones de palma en producción.

Lo inevitable era que termine compitiendo con las otras empresas para dejarlas sin sus proveedores. El tema recién se ha evidenciado. Pero, esta guerra avisada, sin duda, va a continuar.

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