Era un invierno frío en la sierra en el año 2000, una mañana mientras mis dos hermanos mayores (los cuales son gemelos) y yo nos encontrábamos durmiendo, llega mi padre emocionado y nos despierta diciéndonos:
– llego el día! Miren por la ventana!
Al observar nos sorprendemos de ver que todo estaba de color blanco, una gran nevada había caído sobre la ciudad, pero en el barrio que vivíamos se notaba mas ya que estábamos casi al frente de un cerro.
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Sin dudarlo nos preparamos y salimos afuera a jugar en la nieve mientras que nuestro padre se iba a trabajar. No había nadie en la calle, eran las 8:00 a.m. y la gente dormía tranquila en sus casas, mientras nosotros éramos pura risa y diversión.
Luego de pasada una hora y con ganas de más aventuras, fuimos al cerro cerca de nuestra casa, lo cual nuestra madre nos había prohibido muy estrictamente y en varias ocasiones. Yo quería hacerle caso, pero mis ‘ñaños’ mayores me repetían ¡A dónde vamos nosotros iras tú! Con un poco de miedo los seguí, mientras el viento frío me raspaba la cara y el cielo tapado de nubes negras y grises no dejaban asomar al sol.
Mis ‘ñaños’ no paraban de caminar, yo quería volver y ellos me repetían nuevamente
– ¡A dónde vamos nosotros iras tú! En un tono algo extraño.
Lo que iba a ser un día de diversión se estaba transformando de a poco en momentos escalofriantes.
Ya cansado de tanto caminar y temblando de frío mis ‘ñaños’ se detienen, sin darse vuelta me dicen
– ¡llegamos!
Me hacen ir delante de ellos y puedo observar una caída empinada con rocas punzantes, las cuales apenas se veían debido a la nieve que había caído en el lugar. Yo me asusté mucho y mis ‘ñaños’ me repiten nuevamente
– ¡A dónde vamos nosotros iras tú!
Cuando estoy al borde y a punto de caer escucho un grito desgarrador
– Hijo No!
Era mi madre, en ese momento sentí como que recuperaba todos mis sentidos, busco a mis ‘ñaños’ y no los veo por ningún lado. Le pregunto a mi mamá donde estaban, mientras ella me abrazaba entre llantos me dijo
– Porque volviste a este sitio?… Hoy se cumple un año desde que tu padre y tus hermanos perdieron la vida cayendo de este mismo lugar.
Y ahí fue que recordé todo, el llanto desesperado de mi madre destapo esos recuerdos traumáticos que vivían ocultos en mi mente. Ahora recuerdo esa fotografía de mi padre y mis hermanos arriba de la roca, segundos antes de que se desmoronara.
A veces escucho que me llaman…siento que me observan… Que me susurran en el oído… Y siento un escalofrió que me recorre el cuerpo.