Hace mucho tiempo, en un pueblito de la sierra, había una niña que vivía con su padre, el cual trabajaba en una mina que pertenecía a un hombre que llegó de España y compró aquellas tierras a los comuneros para explotarlas en la búsqueda de oro y ese hombre tenía mucho dinero y poder.
El español era demasiado corrupto y un día obligó a un padre de una niña que trabajaba para él a que llevara a la menor por la fuerza para trabajar en la mina. Muchos murieron durante los pocos años que estuvo abierta la mina extrayendo el precioso metal, el padre de la niña era un triste testigo de lo que ocurría siempre al lado de su hija.
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Pasó el tiempo y la niña se hartó de trabajar, le dijo a su padre que ya estaba harta de esa vida de esclavitud tan solo para que les pagaran con migajas sin importar cuanto oro ellos sacaran de la mina del español, así que lanzó el pico contra una de las paredes de la mina y esta se empezó a derrumbar. La pequeña llena de pánico cayó al suelo porque otro minero la empujó para poder escapar.
Cuando su padre intento ayudarla este también cayó al suelo mientras que una enorme roca que estaba en el techo de la mina se desprendió y cayó contra la cabeza de la jovencita; el fuerte impacto ocasionó que se le rompiese el cráneo y parte de su masa encefálica se saliera por lo que la niña murió en el acto llena de ira, pánico y rencor junto a su padre.
El español con los bolsillos llenos de riqueza volvió a su país con miedo de que las autoridades lo metan preso y tiempo después del incidente intentaron buscar los restos de la niña dentro de la mina, pero los hombres que la buscaban escuchaban llantos y piedras pequeñas caer. Muchos de los que buscaron a la niña dentro de la mina desaparecieron sin dejar rastro alguno, solo para ser encontrados tiempo después hechos esqueletos y con el cráneo destrozado.
Ante tales sucesos las personas dejaron de buscar cualquier resto de la niña o de las personas que entraron, pasaron los años y esto se convirtió en historia e incluso una triste leyenda se originó lo terrible de todo esto es que, pese a los años, personas siguen entrando a la mina con el afán de encontrar oro, pero por alguna razón estas personas ya nunca salían de ahí.
Dice la leyenda que los que vivían cerca de la mina abandonada, eran aterrorizados por la niña, que salía corriendo de la mina y gritaba y otras veces tocaba las puertas de las casas, haciendo que las personas lo pensaran dos veces antes de abrir sus puertas en esas noches de frío y lluvia. Muchas personas que cometieron el error de abrir sus puertas enloquecieron provocando que los demás creyeran que estaban locos y los enviaran a hospitales psiquiátricos. Y aun encontrándose lejos, ella siempre los estará vigilando.
LETTO BAUCH
