El Mapacho, un tabaco natural, potente y sin químicos. Es usado por los chamanes andinos y amazónicos como ingrediente indispensable para las ceremonias de ayahuasca o wachuma. Se conoce que esta misteriosa nicotina rustica, guarda un espíritu muy fuerte, pero ¿cuál es la verdad detrás de esto?
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Mucha influenza en las etnias indígenas
En las tribus indígenas, el Mapacho es considerado y asociada por los curanderos con lo sagrado, con lo divino, con el aprendizaje y la curación más nunca se ha asociado con las enfermedades. La mayoría de los chamanes andinos y amazónicos realizan las curaciones a los pacientes con soplidos de humo de mapache. Ellos fuman y soplan por todo el cuerpo de los pacientes para limpiar las energías y sacar los espíritus pesados.
Su uso es indispensable en los rituales
Dicen también que el tabaco, es el “mediador poderoso entre los humanos y los dioses”, mediador entre el mundo perceptible sensorial o visible y el mundo no visible o de las esencias. Esta planta juega un papel curativo esencial, particularmente en los procesos psicoterapéuticos y la búsqueda de respuestas.
El uso popular del Tabaco en la Amazonía está relacionado principalmente con la protección y la limpieza. Con el humo la gente se protege de mordidas de animales y bichos, al mismo tiempo cuidan de sus energías. También, las personas fuman mientras rezan y se dice que cada bocanada de humo eleva a los cielos esas oraciones.
Otra metodología en el uso del Tabaco consiste en el preparado de decocciones para procesos de purgas, también llamados como «Vomitivos». El paciente comienza bebiendo mucha agua para luego ingerir un jugo concentrado de tabaco. La purga es súper importante en la Medicina Tradicional Amazónica
La planta del tabaco es uno de los espíritus más fuerte de la selva
Es como un abuelo que protege el cuerpo energético, fuerte y masculino. Es una planta maestra universal que alcanza todos los segmentos: fuego, aire, agua y tierra. Proporciona calor y calma las aguas, las emociones, eliminando de alguna manera todo lo que está aletargado.
JEAN VILLACREZ