El nombre del maniquí que se encontraba en la historia anterior era Pamela y esta es su historia. Pamela era una muchacha que vivía en las orillas de la ciudad y que no tenía muchos recursos, pero se conformaban con lo que tenían y digo tenía porque ella vivía con su madre y con su padre. Y conforme fue creciendo se daba cuenta de que sus amigas tenían más cosas que ella y comenzó a hacerse ambiciosas.
Una vez que paseaba por la plaza se encontró con un viejito y él le pidió una moneda, pero ella se la negó como el viejito vio que se alejó de él, él le dijo sé que tienes problemas y los puedo resolver y pamela retrocedió a dónde se encontraba el viejito. Ella le dijo desesperada ayúdeme qué puedo hacer y él le dijo dame una moneda y resolveré tus conflictos y Pam accedió, el viejito la llevó a un pequeño cuarto que se encontraba en un callejón oscuro y le dijo antes de que entres aquí tienes que decirme que obedecerás a todo lo que yo te diga y no cambiarás tu opinión y Pam solo asintió con la cabeza.
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Poco a poco se hundieron en aquella obscuridad donde había un altar de velas rojas e imágenes sangrientas. Pam ya un poco asustada comenzó a hacer preguntas, pero el viejito aquel solamente la callaba. La sentó junto al altar y le hizo prometer cosas horribles primero le dijo tienes que repetir todo lo que yo diga: “Juro ante mi nuevo amo que prometeré y cumpliré todos sus mandatos. mi alma mi cuerpo y mi ser a cambio de dinero salud y poder”.
Y se fue muy campante a su casa. Al llegar su madre le dio una muy buena noticia ya habían conseguido trabajo y con el dinero se mudarían a una casa mejor y en el centro de la ciudad.
Todo empezó a florecer en la familia el dinero les caía y en poco tiempo tenía en una empresa millonaria, pero explotaban a Pamela por su talento, el canto.
Pamela ya no podría resistir esa vida pues empezaron a suceder cosas extrañas primero la piel se le caía raramente el cabello y las uñas igual comenzó a convulsionar y le salía sangre de su boca, a veces decía cosas sin sentido y empezar a desesperarse y se arañaba la cara, tiempo después su rostro se empezó a desfigurar y aunque el viejito no le había dicho el diablo la había poseído.
Su cuerpo se empezó a consumir desbaratar quebrar y arrugar. Pero como Pamela ya tenía mucho dinero decidió operarse todo el cuerpo.
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Y suerte la suya porque de tanto que plástico que le inyectaron murió, pero murió perfectamente con un bello y hermoso rostro y con la piel perfecta del cuerpo que cuando murió plastificada parecía un maniquí.
Como la familia ya no estaba poseída todo empezó a caer abajo y la familia pobre quedó. La madre de Pamela al buscar un poco de dinero decidió vender el cuerpo de su hija como si fuera un maniquí a una tienda y de ahí comienza la otra historia que es la primera parte.