El fantasma de Francisca Villalba

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Esta es la historia trágica y espeluznante de una mujer inocente, que aún después de pasar a mejor vida, sigue haciendo cosas extraordinarias por los más necesitados.

Francisca Villalba era una mujer muy bondadosa que vivía en Asunción. Casada y con dos hijos, aunque amaba profundamente a su familia tenía que lidiar con la pobreza en la que les había tocado vivir. Un día, su esposo le dijo que viajaba para la Argentina en busca de trabajo, pues desde allí no podía alimentarla ni a ella ni a sus hijos.

Ella le prometió que lo esperaría y le dijo que no se olvidara de escribirles. Pero pasaban las semanas y luego los meses, y ninguna carta llegaba del hombre que amaba.

Mientras tanto, sin saberlo había llamado la atención de unos policías corruptos, a cargo de vigilar la zona. Estos hombres, con engaños, consiguieron sacarla de su casa una noche para que los acompañara hasta un río cercano al Barrio Tacumbú, en donde Francisca habitaba. Allí la utilizaron sin piedad y finalmente la asesinaron para borrar toda evidencia de sus crueles acciones.

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Sus vecinos, preocupados al no verla aparecer, estuvieron buscándola por los alrededores hasta dar con sus restos. Como Francisca era muy querida, la llevaron a enterrar en el Cementerio del Sur, donde le improvisaron su propio panteón.

Así nació una leyenda.

En los años 60, poco después de su muerte, una terrible inundación asoló a las familias que vivían en el Tacumbú. Una de las vecinas afectadas escuchó que tocaban a su puerta. Al abrir, se encontró con una mujer hermosísima, que le preguntó si no podía donar algo de ropa para los niños que habían sido afectados por la crecida del río.

La señora le prometió que buscaría algunas prendas que no usara, a la que la desconocida le agradeció, indicándole que las llevara hasta su casa, en la Chacarita.

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Cuando la vecina llegó al lugar se dio cuenta de que había otras mujeres, llevando ropa, comida y juguetes para donar. Todas ellas habían recibido las mismas instrucciones por parte de aquella muchacha misteriosa. Fueron atendidas por su madre, quien las invitó a pasar un poco sorprendida.

—Fue su hija quien nos dijo que podíamos dejarle las donaciones aquí, para los niños de la inundación.

En ese instante los ojos de la anciana se llenaron de lágrimas. Tomó la fotografía de una joven y les preguntó si era ella a quien habían visto.

—Sí, la misma.

—Es mi hija, Francisca Villalba. Fue asesinada hace dos años junto al río.

Las mujeres, incrédulas, tuvieron que acompañar a la vieja hasta el cementerio donde en efecto, vieron la lápida de la pobre difunta. Aun desde el Más Allá, no había querido dejar de ayudar a los niños desamparados ante la inclemente inundación.

Más sobre este tema

Artículo anteriorComo un preámbulo a las movilizaciones que se realizarían en los próximos días, el titular de la PCM, Alberto Otárola Peñaranda aseguró ante los medios de comunicación el último martes que no habría «ninguna ‘Toma de Lima'». Estas declaraciones fueron realizadas luego de que fuera consultado respecto a las delegaciones de manifestantes contra el gobierno de Dina Boluarte que anunciaban su llegada a la capital para los primeros días de marzo. Pero la percepción de Otárola no sería del todo tajante. Un documento confidencial muestra que, desde el 22 de febrero, la Policía Nacional del Perú (PNP), tenía conocimiento de las movilizaciones de protestas en contra de Boluarte. Las cuales incluso fueron denominadas como «segunda toma de Lima». El oficio detalla que, luego de sostener una reunión con algunos dirigentes de la zona sur del Perú, los manifestantes acordaron «realizar la ‘segunda toma de Lima’ el 1 de marzo»; para la que diferentes delegaciones se han empezado a movilizar desde el 25 de febrero. Alberto Otárola tras anuncios de protestas manifestó su posición «no va a haber ninguna ‘Toma de Lima’, lo aseguro». Según el documento, la PNP espera que ciudadanos de diversas partes del país que se dirigen a la capital «se reúnan con integrantes de diversos grupos gremiales». La misiva precisa que desde hace al menos una semana se sabía sobre la referida marcha, por lo que incluso la Policía habría tomado sus precauciones respectivas. Otárola buscará preservar «la relativa paz que se ha conseguido» Además de negar la realización de una manifestación que ya ha sido anunciada para este miércoles, el primer ministro de Dina Boluarte enfatizó que «la Policía siempre va a actuar respetando la vida, la integridad, los derechos fundamentales y las libertades de todos los peruanos», pese a que en el documento presentado se visualiza una criminalización previa a la protesta. El comunicado señala que los manifestantes buscarían «coordinar actos vandálicos en la ciudad capital, para atentar y/o destruir instalaciones estratégicas, activos críticos nacionales, ministerios, Poder Judicial, Ministerio Público, embajadas, comisarías, sedes militares, desplazamiento de personas» e incluso, el mismo domicilio de la presidenta Dina Boluarte, así como el de otras autoridades civiles.
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